
Pese a que en la actualidad existe mucha más información al respecto, las personas con autismo siguen sufriendo aislamiento, estigmatización y desigualdad. En el mes de la concientización sobre el autismo, la profesora de Psicología UC y subdirectora del Instituto Milenio para la Investigación de la Depresión (MIDAP), Marcia Olhaberry, explica qué es el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y cuáles son los aspectos a considerar para evitar caer en estereotipos.
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Desde el año 2008 que la Organización de Naciones Unidas instauró el 2 de abril como el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo. Fecha que busca educar, sensibilizar y promover la inclusión de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), de manera de combatir la reproducción de sesgos y estereotipos. Sin embargo, pese a que hoy se cuenta con mucha más información en torno a esta condición, entender que este trastorno no se trata de una condición uniforme sigue siendo un desafío pendiente.
En Chile, de acuerdo a cifras del Ministerio de Educación, más de 55 mil estudiantes con autismo forman parte del sistema educativo formal, desde jardines infantiles hasta escuelas especiales. Y si bien la Ley TEA, promulgada el 2023, establece la promoción de la inclusión, la atención integral y la protección de los derechos de las personas con TEA en los ámbitos social, de salud y educativo, aún existe un largo camino por recorrer para abordarlo con una mirada integral.
¿Qué es el TEA y qué debemos saber para evitar caer en estereotipos? En conversación con SanaMente de CNN, la académica de Psicología UC y subdirectora del Instituto Milenio para la Investigación de la Depresión (MIDAP), Marcia Olhaberry, señaló que se trata de una condición del neurodesarrollo. Una dificultad persistente o que se mantiene en el tiempo, en la comunicación social y en las interacciones. “Específicamente, lo que vemos en las personas que tienen este diagnóstico es, a veces, un rezago en el desarrollo del lenguaje, dificultades para iniciar intercambios sociales con otros, y mucha rigidez frente a los cambios. Otro elemento importante, y muy frecuente en el TEA, es la hiper o la hiporreactividad”.

Entre los mitos que es necesario eliminar en torno al TEA se encuentra que las personas autistas necesitan cuidados de por vida. El TEA constituye algún grado de discapacidad cuando genera un impacto funcional, pero no significa que eso siempre será así. Las experiencias de las personas con autismo pueden cambiar significativamente. “El autismo varía dependiendo de la edad de las personas y de su nivel de desarrollo, entonces se piensa como un espectro, porque se define el nivel de gravedad en función de qué tan adaptada está esa persona al mundo”, dice la especialista.
Otra creencia a derribar es que el TEA debe ser curado. Es importante entender que el autismo no es una enfermedad, se trata de una condición del neurodesarrollo que acompañará a la persona a lo largo de toda la vida. “La gente tiene que dejar de pensar que esto se le va a pasar. Que esperemos unos años y ahí lo evaluamos. Mientras antes uno lo haga, es mucho mejor el pronóstico y el tratamiento”, dice Olhaberry.
En ese sentido, la psicóloga releva la importancia de contar con una red capaz de entender las particularidades de este trastorno. “Cuando cuentas con padres o cuidadores primarios respetuosos, acogedores y sensibles. Personas capaces de aceptar quién eres, sin imponer las expectativas que ellos traían sobre sus propios hijos, los niños se desarrollan mucho mejor. Lo mismo aplica para la comunidad escolar. Necesitamos contextos educacionales más inclusivos, más diversos, en los que aprendamos a respetar las formas de estar en el mundo de las personas que pertenecen al espectro autista”.
Al tratarse de personas con alta sensibilidad a los estímulos y con dificultades para procesarlo, una falsa creencia en torno al autismo es que son agresivos. “Frente a situaciones en que, por ejemplo, hay demasiadas personas o mucho ruido, pueden experimentar un elevado malestar que los lleva a desregularse y a expresar su malestar con sus conductas. Esto es especialmente difícil para los niños pequeños que presentan la condición del espectro autista, ya que requieren un mayor apoyo co-regulatorio de las personas que los rodean y muchas veces no cuentan con el suficiente lenguaje y habilidades para identificar y poner en palabras su malestar. Pero en ningún caso son personas agresivas”, dice la especialista.
Asimismo, otro mito es que quienes tienen TEA no quieren participar y conectar con los demás. “Esta también es una creencia que es falsa. Ellos quieren, pero no saben cómo hacerlo, ya que les cuesta comprender las claves sociales y la comunicación no verbal que para las demás personas resulta obvia. Son personas que muchas veces experimentan una elevada angustia en los contactos sociales, especialmente cuando no son comprendidos y los demás responden con rechazo, burlas o crítica. Para potenciar sus habilidades sociales requieren de empatía, curiosidad y aceptación de parte de las demás personas”, señala Olhaberry.
Gracias a que la gente hoy sabe más de este tema, es posible detectarlo y realizar una intervención temprana, con un enfoque que respete su individualidad y autonomía. “Su origen es temprano. Vamos a ver que alrededor de los doce meses tú ya puedes ver algunas cosas que son indicativas de que el trastorno podría estar manifestándose”, finaliza la experta.
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Texto: Andrea Fuentes Uribe. Comunicaciones Psicología UC
Fecha: 10-05-2025